El valor de Avatar se fiscaliza a través del trabajo realizado y de los resultados obtenidos. Pero para Avatar es más importante el cómo. Trabajamos en un sector donde es muy fácil caer en la tentación de cometer infracciones por conseguir o desarrollar un proyecto (contratos abusivos, software pirateado, tipografías no adquiridas correctamente…).
Internamente además, tenemos tolerancia cero con cualquier acto considerado inapropiado por parte de todos los protagonistas del negocio (parnters, proveedores y empleados). Rechazamos totalmente actos de corrupción descritos en la política ética desarrollada por Avatar, basada en los patrones desarrollados por Naciones Unidas en materia contra la corrupción.
